viernes, 17 de junio de 2011

LA EDUCACIÓN: UN PROCESO CON SENTIDO ¿PARA QUIÉN? REFLEXIÓNES FRENTE A LOS PLANTEAMIENTO DE PAULO FREIRE


Cuando Freire hace énfasis en el contexto como punto de partida en la educación nos lleva a repensar en interrogantes como ¿qué estamos entendiendo por educación?, ¿qué tipo de educación estamos impartiendo? y aún más importante ¿qué tipo de ser humano estamos formando o buscamos formar?.

La cuestión es que si no repensamos la educación desde una mirada contextual, todo ese conocimiento que desplegamos en el aula puede carecer de significado para cada sujeto, puede estar tan desligado de sus necesidades, expectativas, condiciones y oportunidades que cualquier esfuerzo no tendrá sentido.

Es así que ciertas condiciones y aún más que eso, ciertas realidades bio-psico-sociales particulares influyen y afectan tanto el aprendizaje de un estudiante, que todo lo que se pretende enseñar en el aula puede resultar indiferente para él o ella y por tanto sus estructuras mentales movidas por el afecto colapsadas o ausentes.

Es por tal razón que el acto de enseñar y el acto de aprender no pueden desligarse o verse como dos acciones paulatinas, sino más bien como un solo proceso recurrente, entendiendo por recurrencia el acto mismo de desplegar mis realidades, relacionarlas con las del otro, quien a su vez las recoge, las empapa de su particularidad otorgándoles un significado propio y las comparte con otro, quien a su vez realiza el mismo proceso en una interacción multidireccional con miras a la construcción del conocimiento.

Es así que el educador debe idear estrategias para construir escenarios de aprendizaje en el que quepan por decirlo de alguna manera tantas realidades como estudiantes, sin desconocer la realidad misma del educador quien en su afán de enseñar y formar puede llegar a perder su propia identidad enmascarado en un deber ser. Es allí cuando Freire señala que la voz del maestro no tiene sentido sin la vos del estudiante y viceversa, ya que dicha interacción de enseñanza/ aprendizaje se caracteriza por la co- construcción del conocimiento, el cual se encuentra en la vida y cotidianidad misma.

Esta puede ser una forma de invitar al estudiante a romper su silencio, invitarlo a realizar ejercicios autorreflexivos, enseñarle a repensarse, a hablar de él mismo en articulación con cada contenido. Cuando hablamos del silencio cabe detenernos un momento y escuchar, escuchar ese mismo silencio que nos dice a gritos una realidad, es allí en donde surge la importancia de aprender a leer cada situación, cada acto, cada gesto y cada palabra en un contexto.

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